CARTA A MI PADRE

Carta a mi Padre que está en el Cielo, junto a Dios, la Virgen María, los Ángeles y todos los Santos.

Tal vez suena a arrepentimiento o cargo de conciencia, ya que en estos días y los que vendrán

siempre le haré mucha falta, porque no soporto más pensar y meditar que tu ya no estas, sobre

todo le extraño los días jueves, porque ese era el momento preciso para visitarlo un poco, ya

que siempre tenía que irme a trabajar en el colegio Quito, pero esos momentos que

compartimos ya queda en el pasado.

Papá siempre que llego a ver a mamá le recuerdo y verla a mamá sola no lo concibo en mi

mente, ya que aunque enfermo en el dolor, allí estaba usted, papacito, de mi alma, papacito de

mi amor, quiero pedirte perdón por muchas actitudes negativas que tuve contra usted. Fue muy

doloroso soportar este dolor que a toda la familia ha reinado. Lo que nos recompensa saber que

esta a nuestro lado, que está cuidándonos y nos está ayudando a salir hacia adelante. Gracias

papá por escucharme, sé que está a mi lado, y le puedo sentir, no es un fantasma, sino una

plena realidad metafísica. Papá jamás fue egoísta, Usted nos dejó todo, todo, absolutamente

todo para su esposa y sus hijos. Jamás se llevó algo para su porvenir y bien personal. Solo vive

el recuerdo y tal vez en el olvido de nosotros sus hijos ingratos y malagradecidos. Estos días de

mayo los franciscanos están dando sus nueve misas en honor su benignísimo nombre en la

Basílica de  San Francisco de Quito..

Cada vez que pasa el tiempo le extrañaré porque ya no estará físicamente pero si me alivia el

estrés tan grande de la vida, de la inclemencia, de las malas intenciones de los demás, en los

buenos deseos de sus hijos. padre amado, padre querido, aunque suene absurdo te amo, ya

que tu enfermedad no lo permitió expresar lo que en realidad es experimentar la ausencia del

padre, ya jamás se podrá escuchar las palabras de aliento, las palabras de piedad y devoción a

la Virgen María.

Papacito Juan Manuel Tituaña Caiza hasta qué momento le pensaré, le extrañaré, le haré

mucha falta. Ya no se puede retroceder el tiempo, ya no se puede hacer nada, todo se acabó, lo
importante que nos extendemos en nuestras metas y en nuestros hijos, al mencionar el apellido

Tituaña, ya que usted fue un Tituaña, y bien tituaña, un  real chozangil,un gran hombre santo en

vida, valiente, un héroe clásico.

Papá     querido te deseo lo mejor, no me desampares nunca, en mi pobreza dame riqueza, en

mis responsabilidades dame puntualidad y rectitud, en mis necesidades asistame, siempre me

decía que trabajo y dinero habrá por los hijos  e hijas, esta realidad ya lo estoy viviendo, ya lo

estoy palpando en cuerpo propio. Gracias por las bendiciones. Y nunca se olvide de los que aun

peregrinamos en la tierra.

Hasta siempre Papá. Recibe un cordial saludo de todos tus hijos, de todos quienes te

extrañamos por toda la eternidad.



Atentamente.

Tu hijo

Segundo Angel.

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