SEMBLANZA A MI PADRE



POR: ANGEL TITUAÑA.
                                        SEMBLANZA DE JUAN MANUEL TITUAÑA CAIZA

                                               Vivió 71 años. Fue conscripto en Celica Cariamanga, Provincia de Loja. Era una persona de estatura mediana, sus ojos color miel, su rostro era de mucha paz, confianza y sinceridad. Sus oídos eran grandes. Su nariz media alargada. Su cabeza era como de un sabio. Su cabello era castaño. Su mirada era alegre y transparente. Nunca escondía nada.
                                                               Tenía brazos y piernas de atleta. Le gustaba cantar. Se identificaba y se sentía orgulloso con sus raíces. Siempre añoraba regresar a su tierra natal Píllaro, Píllaro Viejo. Se acordaba y viajaba a visitar a su mamá. Rezaba el Santo Rosario. Siempre se acordaba de los cumpleaños de sus hijos. Siempre nos recibía con una sonrisa, con  un plato delicioso de comida y con un positivismo alentador con aquella frase: “Por sus hijos  siempre habrá el pan en la mesa y mucho trabajo para sostener”
                                                               Siempre se comunicaba a través del teléfono, se acordaba de sus tres hermanas religiosas, de sus sobrinos y demás familiares. Le quería y desvivía por nuestra madre. Fue  humilde de corazón. Fue querido por todos, en el trabajo, lo decían con cariño y respeto “Don Manuelito”, en el Condominio, en el Movimiento Juan XXIII. Tenía valores religiosos. Cumplía con los mandamientos y sacramentos. Y amaba al prójimo. Vivió el evangelio de Jesucristo.
                                                               Fue fuerte en sus pruebas. Aceptó la enfermedad. Luchó hasta el final. Le gustaba ver a su familia unida. Le gustaba hacer la fanesca y la morada, la chicha, los higos con queso, los pastelitos con café negro. El morocho con sal o con azúcar.
                                                               Juan Manuel dejó huella imborrable en las personas quienes lo trataron. Era feligrés de la Comunidad Franciscana del Ecuador. Era comunero de San Juan de montuctuza. Formó a sus hijos en colegios católicos.                    
                                                               Físicamente está muerto, pero siempre vivirá en nuestros corazones.

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