JUAN MANUEL TITUAÑA CAIZA: Crónica de su muerte. Escrita por su Hijo Segundo Tituaña Criollo

Crónica del FALLECIMIENTO
+JUAN MANUEL TITUAÑA CAIZA,
Padre de Familia, Esposo de María Natividad Criollo Quintuña.

En la ciudad de Quito, el 1 de abril del 2014, mes consagrado a la veneración de la Virgen María en la advocación de la Madre Dolorosa del Colegio San Gabriel, exactamente a las 04h45 minutos falleció Juan Manuel Tituaña Caiza, quien padecía una enfermedad crónica, es decir, cáncer al estómago. Según testimonio de  Hugo, Juan Manuel expiró de manera natural y en sus manos  falleció. Únicamente dejó de respirar.

Los hechos que surgieron en torno a la muerte del gran hombre, hermano, trabajador, ejemplo y paradigma para sus hijos se cuentan:

De 06:00 a 11:00, Mariana Tituaña, primer hija, y su esposo lo llevaron a formolizarle para que su cuerpo inerte resistiera un poco más, en seguro.

11:30 Ángel Tituaña empieza a hacer uno de los primeros rosarios y Yamilethe Tituaña ayudó a rezar uno de los misterios y lo hizo puesta el uniforme del Geovanni Farina. En este Rosario se cantó y rezó, cantos a la Virgen: Santa María del Camino.

a las 15:30 el Padre Hernán Arteaga, sacerdote amigo de la Parroquia Santa María del Camino-El Girón, celebró la Eucaristía en honor de su alma, en la que se resaltó las cualidades de buen padre y buen católico. Hubo muchos vecinos que nos acompañaron. Mariana Tituaña y Angel Padilla  participaron de  las lecturas respectivamente. Inmediatamente se siguieron con los rezos.

A las 19:00 se celebró otra solemne eucaristía en honor a la muerte de Juan Tituaña Caiza. El Padre Marcelo Manzano hizo participar a  María Natividad Criollo, viuda, quien resaltó lo amable y solidario que fue Juan Manuel. Mariana Tituaña dio también un gran sentimiento de amor por la muerte de su ser querido. El Franciscano Marcelo Manzano invitó a que se exprese con lágrimas, el dolor y el momento penoso.

Pero no se pudo expresar con lágrimas y allí tomó la palabra el Licenciado Grados, vecino de los Condominios San Roque, quien dio una razón y justificación se por qué quedará Juan Manuel Tituaña Caiza guardado en la mente de toda su familia por toda la vida.
También habló la madre María, clarisa, dijo que papá se fue tan consciente, que hasta el último la corrigió: cuando al anunciar nuevamente el cuarto misterio del Santo Rosario, Juan Manuel corrigió y le dijo que ya no era el cuarto,  sino  el quinto misterio, le indicó abriendo una de las palmas de sus manos.  

Se rezaron alrededor de más de 5 rosarios incluidos las letanías a la Virgen María. Hasta que al final llegó cerca de las 23 horas una de las jefas de Santiago, último hijo de Juan Manuel, allí  se cantó pasillos a la Virgen: He oído en la montaña y Oh Madre de la Nube. Cabe mencionar que llegó muchísima gente, desde los amigos y compañeros de los trabajos de Clarita, Mariana, Belén, dos frailes franciscanos del Convento Máximo de San Francisco, acompañaron los ex- suegros de Belén, es decir, la familia Hinojosa desde el Cantón Sigchos, Provincia del Cotopaxi, entre otros, como la Familia Padilla Pilliza. Sus nueras como  por ejemplo Verónica Yugsi. Llegaron los ex compañeros de mi papá del Ilustre Municipio de Quito como por ejemplo: El Señor Esquivel, el Señor Yungan, el Señor Muso, La Sra. Carmita, Señor Jaramillo, Señor Mariano, etc. quienes rindieron homenaje a mi papá. Llegaron los compañeros de Luis, los señores de la Policía Nacional, quienes hasta el siguiente día ayudaron a subir el féretro a la carroza que nos conduciría a la ciudad de Píllaro y posteriormente a la casa de su Mamá, Angélica Caiza.
Que me perdonen la vida por no acordarme de tantos y tantos vecinos que acompañaron en estos momentos de dolor. De esta manera permanecimos y algunos amanecieron velando los restos de quien en vida fue Juan Manuel Tituaña Caiza, que de Dios goce por toda la eternidad. Paz en su tumba.

Miércoles 2 de abril 2014
8:30 Salida  desde Quito en la carroza de la Funeraria Nacional hacia la Parroquia de San Miguelito, luego del gran viaje abordamos a San Miguelito a las 11 y poco más de la mañana, en este sitio nos recibieron la Tía Lucita, el Tío Gabino, La Tía Soledad, la Tía Rosa, El tío Antonio, el Tío Daniel, Mamita Angela, Mamita Mercedes, Tía Luisa, entre otros vecinos como Sra Esperanza, de los que me acuerdo. Con lágrimas en los ojos nos recibieron.
Inmediatamente la caravana de hijos e hijas llegaron a la casa de mi abuelita o de mis tres tías monjas, hasta ponerse de acuerdo dónde mismo iban a velarlo, hasta que finalmente se acordó  velarlo en el segundo piso, lugar más amplio, aunque hizo mucho frío, pero bueno.
Han pasado casi siete meses de la partida del Ser Amado, el Padre, el que trabajó por más de 22 años como Auxiliar de Oficina en Fiscalización del Ilustre Municipio de Quito.
El Padre abnegado siempre solía rezar el rosario de la Aurora que era transmitido por la Francisco Stereo 102.5 FM, era muy franciscano y muy religioso, al estilo del Poverello de Asís, siempre mostró  abnegación por sus hijos, siempre se sacrificó por sus nietos.
El hombre que estaba vinculado a la Madre María Angélica Dolores Caiza, se fue para nunca jamás regresar a estar cerca de la Madre del Profesor de Colegio Técnico Humanístico Experimental Quito, Ángel; Aquel hombre que viajó a dejar a su hijo en el antiguo Seminario Menor Franciscano de la ciudad de Azogues por los años 1985, quien con su leva negra lo cubría del frío por los fríos páramos de la Provincia del Chimborazo, mientras se viajaba en la Flota Imbabura, ese hombre era un experto en el oficio de sobar a los que pedían ayuda  para sus dolores en distintas partes del cuerpo, tal vez en las muñecas de las manos, tal vez en los talones de los pies.
SENTIMIENTOS DESPUÉS DE 3 AÑOS DE FALLECIDO.
1914-1917
Mi padre siempre fue respetuoso por las inclinaciones vocacionales de sus hijos, no obstante, fue exigente conmigo, él frecuentemente me decía que debo concluir mis estudios y que debo seguir siempre adelante, y mucho más como casado y con mis hijas Jennifer y Karen que eran aún pequeñitas; ellas me acompañaron en ese dolor muy fuerte y a mi esposa Consuelito Yugsi. Ellas siempre han estado a mi lado, ayudándome a superar la partida de mi ser querido, como es la partida de mi Padre. Gracias a él y a mi madre soy lo que soy, y espero ser un excelente profesional, ya sea en el entorno de la educación, ya sea dentro de los medios de comunicación,  para lo cual me he formado.
Los sentimientos que manan desde mi corazón son de tristeza y mucha melancolía porque ya no se puede sentir la presencia corporal de mi padre, pero sí es una alegría y una emoción que mi padre siempre estará espiritualmente en mi vida, acompañándome en mis sueños, en mis metas que aún debo de cumplir, con esfuerzo en en el estudio, aunque mi esposa se oponga, pero más tarde con ese mismo esfuerzo los sacaré adelante, porque esa es la idea, luchar hasta el último instante de nuestra vida por el porvenir de mi hijo Juanito y de mis hijas.
El mayor sentimiento que tengo por mi padre es extrañarlo, de contar con su alegría y  su exigencia porque debo de ser un buen padre de familia, un buen hijo, un buen tío, un buen hermano;  aunque quisiera ayudarles a mis hermanos, pero no me alcanza, no me alcanza el aspecto económico.
Padre, lo extraño, pero a la vez lo amo, porque fue un gran ser humano, un ser humano de valores que hay que imitar y seguir y como dice una de mis hermanas, Clarita que nunca hay que olvidar los valores que nos enseñó por el bien de cada uno, entre esos valores están  la sinceridad y el amor hacia Dios y la devoción del Santo rosario.
Y de esta manera ninguno se ha olvidado de sus sabios consejos, de sus enseñanzas, lo único que le ruego allá en el cielo es que se acuerde de sus hijos que aún siguen tomando, gastando la plata de los hijos, el dinero de sus sacrificios.

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