EL ANILLO DE LA SERPIENTE

EL ANILLO DE LA SERPIENTE                                                 Por: Ángel Tituaña
Soledad estaba invadida por la pobreza pero tenía un perro, un gato y una serpiente. Pero no tenía con qué alimentarlos a estos animales. Soledad salió con el perro que  era Mesías y le iba a matar en la esquina de su casa, entonces, María le dijo a Soledad, hey señora no le mate al perro, tome la lana y deme a mí. Luego, así mismo, lo hizo con el gato que era Juan y con la serpiente. No le mate al gato y a la serpiente, tome la lana y deme a mí.
Ya en la casa de María estaban los tres animales, no obstante, alguien le había dicho que la serpiente dentro de su boca a mullía un anillo de oro puro. Efectivamente, la serpiente poseía el anillo en su boca. María lo extrajo el anillo desde la boca de la serpiente. Cuando llegó el marido que trabajaba en el campo, María lo avisó que había encontrado el anillo en la boca de la serpiente. El marido le pidió el anillo para ir a lucir en la fiesta de Sagrado Corazón de Jesús, en San Juan, pero como a Daniel le gustaba el licor, se tomó demasiado, hasta que llegó el delincuente y se lo quitó el anillo de su dedo, y no contento con quitarle el anillo, el delincuente le enterró a Daniel, y sólo le dejó la cabeza, fuera de la tierra, le había cubierto con concreto y cemento.
En este momento Daniel se acordó de Mesías y de Juan, los llamó hasta que llegaron con pico y pala para sacarle del entierro, luego de liberarlo a Daniel. Mesías y Juan se fueron a buscar el anillo, pero para llegar a donde estaba el delincuente tuvieron que caminar bastante y tuvieron que pasar un río caudaloso.
Mesías no tuvo dificultad de atravesar el río, pero sí Juan, porque no sabía nadar, entonces, Mesías lo ayudó a su compañero.

Golpearon la puerta y no había quien abriera la puerta, por lo que, se acercaron a un orificio donde estaba un ratón. El ratón les preguntó ¿qué buscaban en este lugar? Mesías lo contestó que buscaban el anillo de su amo, que lo había robado el señor que está roncando fuertemente en su cama. El ratón lo buscó hasta donde más podía, pero no lo encontró. Hizo el último intento de encontrar el anillo, con maestría y destreza con su rabo escarbaba en el orificio de la fosa nasal y lo saca y lo entrega a Mesías. Mesías lo da a Daniel y de esta manera, ya contentos todos, después que se acabó estas momentos de angustia, llegan a la casa, y ya Daniel le comunica a su esposa María que todo ya pasó, y que ya nunca más saldrá a las fiestas. Y que aparte de trabajar en el campo, siempre pasaría junto a ella. Daniel aprendió la lección para el resto de su vida y le prometió a su mujer que se comportaría bien.

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