La sociedad justa y de verdad que sueño
Quiero buscar una razón, quiero buscar un sentimiento, quiero buscar un sentido al existir, quiero sonreir y jamás dejar de hacerlo. Una vez más quiero ahondarme en el interior de mi espíritu, adentrarme en la misma conciencia y darme cuenta de que realmente quiero, deseo, anhelo para poder llegar con aquella mirada de amor y de mansedumbre no solo a los de tu casta, sino internarme en el sufrimiento de los demás, de los mendigos de la calle, del joven que ha caído en el mundo de las drogas, poder entener a un hijo que a veces vive con la mamá, o a veces con el papaá, o simplemente viven la existencia sin soberbia, sin perder aquella alegría ingenua de los niños y jóvenes del mundo, con algún familiar o conocido cercano.
Mi alegría sería contemplar un mundo que no se llene de injuscia y de mentira o falsedad.
La vida de alguien no solo compone de grandes maestrías, de destacarse como un erudito plíglota o acumular tantas maestrías, las cuales no le permite sentir el dolor, la necesidad de alguien, de una padre de familia, de algún migrante que a penas comió un pan, o penas pudo mendigar en las periferias de la urbe. La vida es de aquellos hombres sencillos, transparentes, hombres que jamás se declaren conservadores o liberales o que se consagren algún partido de izquierda o derecha, o que favoresca la práctica de eutanasia o la aceptación abrupta del sexo clandestino, del aborto, de la traición, de la blasfemia ante una sociedad llena de organizaciones delectivas, de muertes con terror, gente que muere consecuencia de los narcotraficantes, como se dice en el argot popular de los "peces gordos".
Muchos esperan una nueva época, no tanto alguien que nos lidere, sino que se cree conciencia social en todas partes, en los capus de una escuela, de un colegio, de una universidad, en la asociación de artesanos, en el criticón de la Literatura de David Guzmán Játiva, donde la laxitud del diálogo es romper aquellas estructuras de un poder establecido en una sociedad donde más de 40 son familiares dentro de una Asamblea Constitucional, concretamente, es la ambición del dinero sin importar el concentrarse en sentarse a crear leyes que permitan un cambio de conciencia entre los moradores de un país, que hoy es más famoso entre los más vioolentos del mundo, un país sin espertanzas de una mejor economía que abastezca la "canasta familiar" que alcance para comprar frutos secos que den vitalidad al cuerpo que necesita sus elementos de potacio, zing, hierro, entre otros minerales que necesita el cuerpo humano.
Creo que no se trata de salir y vender, sino de dar dignidad a las familias de clase media hacia abajo, necesitan comer sus hijos, necesitan educarse, neceskitan distraerse y disfrutar de remesas que brinden una nutrición verdadera y dejar de comer lo ultimo del mercado, sino se debe saborear un alimento digno, una porción adecuada. Muchas de las familias adolescen no solo la escacés del alimento, sino de la afectividad que necesita cada ser humano, cada ecuatoriano que trabaja sin cesar en una tierra que se ha debilitado por la cantidad de incecticidas o abonos químicos que en apariencia benefician a su producción y por su ignoracia aquella tierra está enferma y solo está así la contaminación de las tierras.
El cambio, creo es desde la reflexión, no creo en una política paternalista, sino en una política que dé dignidad a todos los miembros de este país, que se grantice el tranbajo a muchos universitarios que con afán han terminado sus carreras, sus profesiones, pero lamentablemente, no es que nos asustemos de el tipo de trabajo sino que aquel sueño o meta conseguida se ha convertido en una pesadilla, en un engaño, porque la cantidad de profesionales han tenido que dedicarse a otros asuntos momentáneos, donde se percibe un dinero instantáneo pero que se termina.
Todos estos atescendentes deberían tomar en cuenta la sociedad entera y ponerse a reflexionar en una transformación cierta, donde todo sea ordenado y que jamás abandonemos el país por causa de la pobreza, sino que todos estamos llamados a reactivar la economía solvente, una economía que permita desarrollar las capacidades de cada ecuatoriano y soñar con un mejor país, un país donde la verdad sxea vers y la justicia sea justicia.
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