Me libero

Faltan 4 minutos para que sean las 23 horas del día martes de abril, cuando en Quito, después de un temblor de 4.1 según la escala de Ricter, eso fue ayer Lunes a las 20 con..., eso no es tan importante lo que me atrevo a narrar esta noche, la vida se acelera ya he cumplido 43 años, y ya me siento demasiado adulto para volver a cometer errores que afectan siempre como por ejemplo esos errores morales, de que antes de ir al cuartel era un ángel, pero salido de ahí me he acelerado a cometer miles de errores.
Algunos que han escrito sobre un tema recomiendan que aparte de leer libros como Rodríguez, el unicornio del escritor con tinte revolucionario y bien estudiado, que su final se transcribe tal cual está: "Alí suspiró y se apartó de ellos.Se alejó desorientado, extraviado en la ciudad en la que había vivido siempre, sin saber a donde ir"
(Rodríguez, el Unicornio, Novela corta de David Juzmán Jativa, 2010)
Quien no ha pensado sobre esto que dice el escritorzaso David, lo que se me queda en la mente es que siempre uno queda ido y desorientado al cúlmen de una meta, o simplemente, después de que termina una situación importante o poco importante, ni siquiera eso, pudiese ser un impacto que adolesce en el corazón de la persona que vive a estilo de sus acciones del pasado que carcome su conciencia citadina, camina el hombre presuroso por la avenida del hospital Militar donde transitan los buses que llevan hacia el trebol de la ciudad, va pensativo, va observando por la ventana del bus que lleva gente, pero hasta decir basta, como sardina que quiere explotar.
Me he olvidado de entregar las planificaciones al desalmado del vicerrector que se hace el que es un santo frente a la rectora, es un hijo del sol como dicen los uniformados de la secundaria, mientras el maestro va parándose firme frente a  los estudiantes del noveno, una estudiante dice entre dientes que les he cobrado 10 centavos de más de una prueba, el desalmado del vicerrector ha extraido la información de la estudiante Betún o de la Vera.
Ya no se soporta el ambiente de trabajo en aquel colegio y no es la primera vez que me joden con la rectitud aparente que viven las autoridades corruptas, solo quieren imponer el orden y se les ha subido la mostaza a sus cabezas, no piensan que fueron terneras antes de ser vacas, eso ellos no van a entender por que así siempre han sido. Me libero al escribir, me libero como cuando sale expresiones sin sentido desde el corazón.
La licenciada enfermera atemoriza o advierte a los que van con heces y orinas para examinar las dolencias del estómago, bichos y parásitos. Son ya las 23 con veinte y seis, y pienso en que mañana no me levanto temprano para seguir con el cuidado de la hija que se va a la escuela, en el niño que se va a ese maldito encierro donde le cuidan y le dicen "guambra malcriado" porque no se duerme pronto, es noctambulo igual al Cesar, el dedicado decano de la universidad cerca de la Iglesia del Girón, donde con ternos bien planchados dan una imagen jesuitica, que hablan de ser mejores para servir mejor. Ya no quiero seguir escribiendo, porque son ya las 23 con treinta y se acabó el tiempo, me voy ha descansar.

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